El Misterioso Caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde
Escrito por Robert
Louis Stevenson “El Contador de Historias”: Novelista, cuentista y poeta
escocés. Sus obras inspiradas en sus experiencias como viajero alrededor del
mundo, poseedoras de fundamentos rebosantes de emoción, argumentos de fantasía
y aventura, siempre con la característica contraposición entre lo que ha sido
la división más primitiva de la naturaleza: “el bien y el mal”
Para lo que me
dispongo humildemente recomendar y lo que es la obra a la que me refiero “El
Misterioso Caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde” el Cuentista Stevenson dispuso de tres días para su
redacción, este manuscrito (por encargo) en condiciones donde la salud y las
finanzas eran precarias. Es así como El poeta culmina su obra tras una noche en
cuyo sopor atisbó la historia y tuvo tres arduos días de dedicación.
Se puede apreciar
en la redacción diálogos con el más educado vocabulario de los personajes (algo
en lo cual pocas veces encuentro), conceptos dignos del siglo XX sobre la
animalidad del hombre (conceptos Darwinianos), la admiración moral hacia los
héroes y heroínas (respecto de Stevenson), psicología interna de las personas y
el ya mencionado duelo entre el bien y el mal.
ABORDANDO LA OBRA:
….. Utterson,
abogado y amigo del Respetado Dr. Jekyll, Tras una charla con uno de sus amigos
(Richard Enfield) en una de sus habituales caminatas por un barrio de Londres,
donde Enfield relata una experiencia que
tuvo en donde un “hombre” (misterioso e inexplicablemente repugnante a la
perspectiva de quien lo presenció) violentamente atropelló a una niña cuando
ella se cruzó en el camino del hombre y para evitar el escándalo que los padres
y los testigos oculares pudieren desatar el hombre en cuestión paga a los padres diez libras en oro y un
cheque al portador con la firma del caballero de renombre y amigo de Utterson,
nadie más que el Dr. Jekyll.
Utterson el
abogado enjuto regresa a su casa con la inquietud que la charla con Enfield
despertó en él, decidido Utterson visita a Jekyll para enterarse de ¡¡cómo es
posible de que su amigo esté relacionado con semejante Juggernaut!!, dicha
preocupación la expreso disfrazada de un intento para advertir a su amigo de si
estaba en conocimiento de la reputación del macabro Hyde, a lo cual Jekyll se
limitó a una respuesta en la cual le agradecía la sincera preocupación de su
amigo y abogado pero que manifestaba tener toda la situación bajo control, además
de una educada petición de que utterson se mantuviera al margen de ese asunto.
… ¿Sera posible
que Jekyll (el hombre con la más pulcra reputación de Londres) sea víctima de
un chantaje, extorsionado por algún desliz juvenil? Ésta es la explicación más
realista que Utterson encuentra para explicar la fiel y misteriosa protección
que goza el Juggernaut Hyde por parte de el Dr. Jekyll.
Por motivos de “spoiler”,
no me es posible continuar con las razones para leer este pulcro cuento, la
curiosidad hacia qué es lo que sujeta al personaje del Dr. Jekyll a Mr. Hyde no
es lo único que te atrapa para seguir con la historia, hay reflexiones que
refieren a nuestra naturaleza humana tan fascinante, que me ha traído a
recuerdo el magnífico cuento de William Wilson (cuento de otro autor que
resulta ser mi predilecto en cuanto a narrativa de terror psicológico),
finalmente, a mí criterio: “EL MISTERIOSO CASO DEL DR. JEKYLL Y MR. HYDE” ha
sido un gran distractor del intento de negativa de asistir a una reunión de
personas cuyo parentesco desconozco (XD). Y el hecho de que lo haya atendido
muy informalmente no quiere decir que sea una obra que merezca poca
importancia.
Para despedirme: agradezco el interés y espero que mi empeño por compartir lo que me ha sido de crecimiento lo sea para toda alma interesada..
Hasta la próxima ocasión, TschUss
Disfruten de mi aporte, Os dejo el motivo de mi trabajo en formato pdf ;)
"Historia de la puerta
Utterson, el notario, era un hombre de cara arrugada, jamás iluminada
por una sonrisa. De conversación escasa, fría y empachada, retraído en
sus sentimientos, era alto, flaco, gris, serio y, sin embargo, de alguna forma, amable. En las comidas con los amigos, cuando el vino era de su
gusto, sus ojos traslucían algo eminentemente humano; algo, sin embargo, que no llegaba nunca a traducirse en palabras, pero que tampoco se
quedaba en los mudos símbolos de la sobremesa, manifestándose sobre
todo, a menudo y claramente, en los actos de su vida."